«En el abismo» es a mi parecer uno de los clásicos de culto de finales de los 70’s más olvidados. Quizás el anarquismo y radicalidad llevada al extremo de su discurso no sea del agrado de muchos y en cierto modo pueda parecer inverosímil, cosa que pudo convertirlo en un título impopular. También el hecho de que su realizador Jonathan Kaplan, que era realizador de serie b (dirigió la mítica blaxploitation protagonizada por Isaac Hayes: «Truck Turner»), no fuese un director reputado no le diese la credibilidad suficiente y se acuñase falta de madurez a su propuesta. Personalmente creo que un tema como el que se trata en la peli se tiene que tratar desde el anárquico punto de vista de la adolescencia y verlo con perspectiva adulta comprendiendo los dilemas morales que se nos plantean. La peli es, por decirlo de alguna manera, un canto a favor de la liberación de la juventud y nos muestra un supuesto caso en el que los jóvenes se revelan de forma violenta ante las imposiciones de los adultos.
Matt Dillon (Icono adolescente en el acto)
La peli, sin ser tan subversiva como la noventera «Kids», es sin duda uno de los films que trata el tema de la adolescencia de manera más cruda y sin tapujos. La película también fue una plataforma de lanzamiento de varios jóvenes actores, pero en concreto de un actor excelente: Matt Dillon, el cual sin interpretar al protagonista de la peli fue (en su primera aparición en el cine) sin duda el actor que más llamó la atención y que más éxito cosechó tras la película, no solo por sus dotes interpretativas sino también por su atractivo físico que hacía agua los chichis de las colegialas. Un año después interpretaría al guaperas de «Faldas revoltosas» que pondría como motos a Kristy McNichol y Tatum O’Neal, y de nuevo (al igual que «En el abismo») a un macarrilla en otro clasicazo del cine teen: «Mi guardaespaldas» (peli que nos descubrió a Adam Baldwin y a Joan Cusack). Su pose de joven rebelde que explotó desde «En el abismo» probablemente le convirtió en muso de la escritora Susan E. Hinton, pues Dillon encarnaba a la perfección la imagen de los protagonistas de sus novelas. La cosa empezó con «Tex» en 1982 y continuó un año después con dos adaptaciones al mundo del cine del universo literario de Hinton por parte de Francis Ford Coppola gracias a dos clásicos definitivos de los 80’s: «Rebeldes» y «La ley de la calle». Dillon no llegó a convertirse en una superestrella pues su forma de ser le ha distanciado siempre de esta idea, de hecho cuando todos sus compañeros de generación se fueron a Hollywood él decidió quedarse en Nueva York porque es donde siempre se ha encontrado más a gusto. Tuvo un segundo momento de éxito en cuanto a popularidad a finales de los 90’s sobre todo gracias a su aparición en «Algo pasa con Mary» e iniciar una relación amorosa con Cameron Díaz que no duró demasiado. Sin embargo él siempre ha estado ahí sobreviviendo en la industria del cine, llevando su carrera con humildad y de forma digna, y demostrando ser uno de los mejores intérpretes con los que contamos en la actualidad (aunque por desgracia se le tiene bastante olvidado). Como anécdota curiosa decir que Dillon se presentó al casting de «En el abismo» solo para saltarse las clases (para que luego digan que eso está mal!).
Aparte de Matt Dillon, el film estuvo protagonizado por Michael Eric Kramer, joven actor que ya había protagonizado una serie de películas por entonces pero cuya filmografía desconozco a excepción de este film y de «Proyecto X» (la mítica peli con monos protagonizada por Matthew Broderick y Hellen Hunt que también dirigió Jonathan Kaplan). También podemos ver como la preciosa chica de la peli a Pamela Ludwig que aparecería otra vez junto a Matt Dillon en «Tex» y de nuevo con Michael Eric Kramer bajo las órdenes de Kaplan en «Proyecto X». Además en un papel secundario nos encontramos a Vincent Spano realizando uno de sus primeros papeles en el cine (unos años más tarde repetiría con Dillon en «La ley de la calle» solo que esta vez a diferencia de «En el abismo» (donde interpreta al personaje más macarra) interpretaría al pringao de la peli).
El guión escrito por Charles S. Haas y Tim Hunter al parecer se basa en unos hechos que ocurrieron realmente en Foster City a principios de los 70’s, de los cuales el propio Haas escribió un artículo periodístico en su etapa de reportero. Este guión y su contundente puesta en escena de guerrilla trajeron cola, por lo que la peli no fue estrenada para el público hasta dos años después de su realización cuando fue emitida por la HBO. En un principio la productora no quería estrenarla puesto que consideraba que podría ejercer una mala influencia en los jóvenes. Por otra parte, la controversia que había provocado el éxito de «The Warriors» (que se acababa de estrenar en 1979) aún estaba candente. Finalmente su emisión en la HBO tuvo éxito y fue recuperada para pasarse en algunos cines de Nueva York con bastante buena aceptación, sin embargo el limitado acceso a ver el filme no le desprendió de su condición de título maldito.
No hay más que echar un vistazo al film para darse cuenta de que lo que se nos retrata es la semilla de la generación X: jóvenes acomodados con un gran vacío existencial que prefieren vivir al margen de la ley y revelarse ante las normas impuestas por el mundo adulto. De hecho esa generación que eran niños en los 70’s y se identificaban con grupos como los Ramones o las Runaways son los que a finales de los 80’s y principios de los 90’s parieron el Grunge, y, sin ir más lejos, el film fue una de las películas de cabecera de Kurt Cobain el cual dijo que la peli influyó en gran manera en la formación de su personalidad aparte de servir de inspiración para el videoclip de «Smell’s like teen spirit» de Nirvana. Y es que, ya que hablamos de este tema, no hay que olvidar la influencia que la música ha tenido siempre en la juventud, cosa que se ve muy bien en la peli en la que vemos como sus personajes viven sus vidas al ritmo de temas de Cheap Trick, The Cars, Ramones, Little Feat… (como curiosidad decir que la inclusión de temas de Cheap Trick en la banda sonora fue por recomendación de Pamela Ludwig). Por otra parte tampoco podemos olvidarnos de la banda sonora original compuesta para la película por Sol Kaplan (padre del director de la peli) caracterizada por el empleo de instrumentos de viento (oboes, fagots… ) y que dotan al film de una atmósfera entre lo fascinante y lo trágico que casa perfectamente con los hermosos planos paisajísticos que rueda Jonathan Kaplan.
Sin duda un clásico generacional en toda regla que por desgracia está bastante olvidado. Desde aquí os pido que le deis una oportunidad porque la experiencia merece la pena.
Más imágenes: